Joaquín González joaquingonzalezlira@gmail.com
Cristián de Amesti cristiandeamesti@gmail.com

viernes, 7 de noviembre de 2014

BRASIL Alter do Chao y toda la costa

Por fin de vuelta en la motos! Después de 15 días de barco nos fuimos a Alter do Chao, una playa "caribeña" en uno de los afluentes del Amazonas muy cerca de Santarém. Agua dulce y transparente y arena blanca.

Una Iguana, playa de Alter do Chao.



Seguir en moto en vez de en barco, significaba hacer 2400 km hasta nuestro próximo destino. La mayor parte era por la carretera Transamazónika, que era todo polvo. Así nos tocaron 2 días seguidos de caminos de tierra y lleno de camiones. En esos días avanzamos entre 500 y 600 km diarios, manejando 10 hrs aprox., de los días más duros que hemos tenido en este viaje. Al final del día, entre la transpiración y el polvo terminábamos así.

La recompensa es que llegamos al Parque Nacional Lencois Maranhenses, un lugar espectacular. Entremedio de estas dunas de arena blanca, se formaban lagunas de agua dulce.



Más al sur, pasamos por Jericoacoara, un pueblo de calles de arena y mucho viento, ideal para deportes de vela.



Canoa Qubrada, otro pueblo pintoresco con buen viento.


Dicen que las mejores playas de Brasil están en el norte, en Pipa. Esta es una de las varias playas de Pipa, se llama Praia dos Golfinhos por los delfines que viven en la bahia de esa playa. Cuando la gente se baña los delfines nadan entre las personas. Lamentablemente no logramos sacarle fotos.


El pueblo de Pipa.



Cuando baja la marea se forman estas lagunas en la playa.



Cerca de Recife, hay un lugar que se llama Olinda. Se caracteriza por sus calles coloniales y miles de Iglesias.


Rascándose la guata en las calles de Olinda.



Las calles de Olinda con la ciudad de Recife atrás.


De Olinda, nos fuimos directamente a Salvador. Nos quedamos en el Pelurinho.


A 470 km al interior de Brasil desde Salvador, se ubica el Parque Nacional Chapada das Diamantinas. Hicimos unas noches de Camping para ir a ver el parque.


La gracia del parque son unos pozones subterráneos que les entra luz por entremedio de las rocas.






De vuelta a la costa, pasamos por Itacaré, lugar conocido por el Surf y las buenas playas.




Itacaré tiene varias playas, una pegada a la otra...Las fuimos recorriendo en moto y está era lejos la mejor.



De Itacaré viajamos 400 km hacia el sur, a los alrededores de Porto Seguro. Ahí estuvimos en Arrial D'Ajuda, Trancoso y Praia do Espelho.

Praia do Espelho es otra playa del tipo "mejor playa de Brasil" según la gente de Bahía.


El "cuadrado" de Trancoso es la gran plaza central, un lugar muy tranquilo y pintoresco.


Dejamos el norte de Brasil y llegamos a Buzios, cerca de Rio de Janeiro. A medida que se va avanzando hacia el sur, Brasil se va poniendo más serio, más desarrollado, mejores carreteras y como que las cosas funcionan mejor. Hay una gran diferencia entre el norte y el sur. Para nosotros, la llegada a Buzios fue el punto que marcó esta diferencia. Es como si fueran dos países distintos.

Buzios es un lugar muy entretenido. Pensamos que iba a estar demasiado lleno de gente y muy contaminado, pero la verdad es que sigue siendo un lugar espectacular.


Tortuga nadando en Ferradurinha, la mejor playa de Buzios.



Y llegamos al gran Rio de Janeiro!


Parque Botánico de la ciudad carioca.


El Pan de Azucar


Favela pacificada Santa Rosa.



La ciudad desde el Pan de Azucar


Lamentablemente días nublados y no subimos al cristo...pero para la otra será.

Brasil además de tener muy buenas playas, se caracteriza por sus pueblos coloniales. Paraty, es un ejemplo muy bueno..





Desde Paraty, fuimos a Foz de Iguazú. La parada intermedia era Curitiba, gran ciudad estilo Europeo. Este es el museo Oscar Niemeyer. 


Niemeyer es de los grandes arquitectos brasileros conocido también por ser el que diseñó el trazado de la ciudad de Brasilia, capital de Brasil.



En Curitiba dejamos las motos estacionadas en el hostal y partimos en bus a Foz de Iguazú. Fue ideal para descansar un poco de la moto y cambiar la modalidad de viaje.

Las cataratas de Iguazú es uno de los destinos más visitados de sudamerica, realmente increible. Las cataratas tienen 80 m de altura y son conocidas por ser las con mayor caudal del mundo. En la foto, la Graganta del Diablo.




La última playa de Brasil fueron las playas de  Florianópolis. Aquí nos despedimos de las playas...Grande Brasil!



Casi en la frontera con Uruguay se encuentra la reserva nacional Costa Doce. En el camino se podían ver animales como estos:

Cocodrilo:


Capibaras:



Grande Brasil, fue un país increible, gigante, varios paises dentro de uno. Esperamos volver.

domingo, 5 de octubre de 2014

AMAZONAS desde Yurimaguas a Santarém

Ni Colombia ni Ecuador tienen carreteras que crucen a Brasil y como no queríamos pasar por Venezuela por un tema de seguridad, decidimos atravesar por el río Amazonas. Para esto nos tuvimos que devolver al norte de Perú hasta Yurimaguas, el pueblo más metido en el Amazonas accesible por tierra y desde ahí nos embarcamos con motos y todo. Desde Yurimaguas tomamos el río Huaylas el cual desemboca en el Marañón, el que al juntarse con el Ucayali, forman el Amazonas.

Para cruzar a Brasil tuvimos que tomar los siguientes barcos:

Yurimaguas-Iquitos: 3 días
Iquitos-Santa Rosa (triple frontera): 3 días

En este punto hay que cruzar el río para pasar de Santa Rosa (Perú) a Tabatinga (Brasil).

Tabatinga-Manaus: 4 días
Manaus-Santarem; 3 días

Todo esto lo hicimos cargando y descargando las motos en distintos barcos... no fue fácil.

 Desde Yurimaguas se abastece Iquitos y todas las comunidades aborígenes que están en la ribera del río por lo que salen periódicamente barcos cargados con 300 toneladas y cientos de personas con destino Iquitos.
El puerto de Yurimaguas era un puro barro, lleno de basura y de camiones. Los barcos cargaban de todo (verdura, pescados, vacas, muebles...), todo se cargaba a mano, y se demoraban como 3 días en cargarse (nosotros esperamos 2 días ahí a que el barco se llenara).








 Nostros viajamos en el Eduardo II desde Yurimaguas a Iquitos.

Antes de Salir, fuimos a la feria de Yurimaguas y compramos una tortuga por 20 soles (4 dólares). La salvamos de que otro la comprara para comérsela... Se llamaba Paula. La tuvimos de compañera durante todo el Amazonas, hasta que lamentablemente la policía Brasilera nos pilló durmiendo durante una revisión, la encontró y la requisó... pobre Paulita, probablemente terminó en la cacerola.


Las comunidades al borde del amazonas esperan la pasada de los barcos, que traen sus encargos, comida y otros productos provenientes de las grandes ciudades... de a poco van perdiendo autonomía e independencia, empiezan a tomar cocacola, a comprar celulares, y el río se empieza a contaminar con plásticos y desechos de productos que llegan a estos lugares. Es realmente penoso ver cómo la gente contamina el río y al mismo tiempo viven de la pesca y usan el agua del río para vivir. Todos los barcos botan la basura y los desechos en el río, pero al mismo tiempo usan esa agua para ducharse (y probablemente para cocinar también). Esperemos que esto cambie.


Las comunidades viven de la pesca:


Una de las tantas tardes en los barcos del amazonas...viendo la puesta de sol desde la hamaca.



Iquitos es la ciudad más grande del mundo que no tiene acceso por tierra. Tiene cerca de 460 mil habitantes, la sexta ciudad más grande de Perú. Una de las cosas más interesantes es ir a ver el mercado de Iquitos. Funciona todos los días, es gigante y se pueden encontrar las cosas más raras.

Un puesto que vendía tortugas y otro que vendía cocodrilos:



Para ver los animales amazónicos, fuimos al zoológico de Iquitos, ya que los tours por la selva eran muy caros y tomaban mucho tiempo...además no es seguro ver los animales.

Delfín Rosado del río: Lo vimos a lo largo de todo el Amazonas. Es el cetáceo de agua dulce más grande, las hembras (mas grandes que los machos) pueden alcanzar los 2,5 mts de largo. En general son rosados, pero por falta de actividad se van poniendo grises (como el del zoológico).


El famoso Jaguar:


El Capibara, roedor más grande del mundo:


Después de Iquitos fuimos a la triple frontera. Llegamos de noche a Santa Rosa y la subida desde el puerto al pueblo era tan parada que no podíamos subir las motos para ir al pueblo. Tuvimos que hacer Migración esa misma noche (ya habían cerrado la oficina de migraciones, pero igual nos hicieron el favor de abrirnos) y cruzar las motos en una canoa para ir a Tabatinga en el lado Brasilero. Ahí es otro mundo. Todo funciona bien, los puertos son de cemento, los barcos son mucho mejores, etc.

El cruce de la canoa fue un sufrimiento.. subir las motos fue dificilísimo, la canoa se estaba casi hundiendo con nosotros (el agua llegaba a 5 cm del borde de la canoa) y al conductor se le ocurre llevar a dos pasajeros más. Sufrimos, pero menos mal no se hundió.


Esperamos en Tabatinga 2 días a que saliera el barco a Manaus.
Los barcos eran gigantes, cabían más de 300 hamacas. La comida era muchísimo mejor.


Siempre teníamos que estar cuidando nuestras cosas...nunca faltan los ladrones. La verdad hasta el momento hemos tenido muchísima suerte, no nos han robado nada.


Manaus es una ciudad gigante, sin embargo no es muy interesante. Una tarde basta para verla. Lo más impresionante de Manaus es que se abastece 100% por agua y que tiene un puerto gigante, a pesar de estar a 1500 km del mar.


Saliendo de Manaus a Santarem, vimos cómo se junta el Río Preto (negro) con el Río Solimoes (cuando el amazonas cruza a brasil, se pasa a llamar así) uno trae agua negra y el otro café, formando nuevamente el Río Amazonas. Es impresionante ver que los ríos no se mezclan por un par de kilómetros. Esto se debe a que traen distinta temperatura y velocidad.


Otra tarde..esta vez en barco brasilero.




 Varias veces nos tocó una tormenta. Muchos rayos...



El Amazonas es impresionante, es todo un mundo. Lo tomamos en sus inicios y lo dejamos cerca del mar. Fueron alrededor de 4.000 km de río. Al principio no tenía más de 300 mts de ancho y al final no alcanzábamos a ver los lados del río.
Fue una etapa espectacular pero al final lo único que queríamos era bajarnos de los barcos. Trece días alojando en hamaca, durmiendo mal y no teniendo nada que hacer durante el día nos terminó agotando. Así fue como decidimos bajarnos en Santarém para subirnos nuevamente a las motos y seguir viaje.


Chao Amazonas, fue una tremenda experiencia!!